martes, 30 de octubre de 2012

FRAGMENTOS-REFERENCIAS DE LA MEMORIA9

      La noche se estremecía en su absurdo infinito, nos descubría un vacío ante nuestros ojos al que no podíamos hacer frente, sólo nos dejaba un resquicio de luz para sentirnos acompañados en aquella inhóspita oscuridad. De igual manera yo me acercaba a la impenetrabilidad de Alejandro para dejarle un resquicio de comprensión donde verse reflejado. Le cogí por el hombro y le abracé tan fuerte como pude aún sin estar convencido de lo que quería transmitirle.
- Siempre me tendrás a tu lado pase lo que pase – le dije sin pensar en lo que le estaba prometiendo.

martes, 23 de octubre de 2012

ENDEVINALLES

     Entre que algunos juegan a las adivinanzas con los nacionalismos emergentes y con su capacidad para llevar a buen puerto sus proyectos soberanistas, yo recomiendo pasar página y dejar hacer a los pueblos, o cuanto menos esperar a que se concreten los acontecimientos para tomar medidas, porque ya quisieran muchos que esto se les fuera de las manos a unos pocos para resolver el conflicto a la vieja usanza, es decir, machete en mano y cortando cabezas, pero mucho me temo que el tema no va a dar tanto de sí, porque pasarán las elecciones y la polémica quedará relegada al ámbito jurídico y a esas tertulias de medio pelo que tanto les gustan a nuestros amigos los fachas.
Yo por si acaso ya me voy haciendo mi propio país-estado, sin Rajoy de presidente y sin su colega Merkel de supervisora, al carajo la austeridad, o como decía aquel anuncio: “bienvenido a la república independiente de mi casa”, que aquí mando yo.

lunes, 15 de octubre de 2012

FRAGMENTOS-REFERENCIAS DE LA MEMORIA8

     Alejandro asintió y volvió a observar el retrato con la misma intensidad que lo había hecho segundos antes conmigo. Luego se sonrió como si hubiera descubierto algo en él y lo dejó en un rincón del escaparate mirando hacia la calle.
- Deja que vaya impresionando a la gente que pasa - me dijo al regresar junto a mí.
            Mi amigo no tenía dudas al respecto, se movía por intuiciones y creía que sus percepciones eran generalizables al resto de la gente. Yo no lo tenía tan claro, no sabía si la mayoría de las personas estaban tan pendientes de las emociones como él, de lo que sí estaba convencido es de que Alejandro era especial, aunque se empeñara en no reconocérmelo. Estaba seguro de que podía apreciar la psicología de Goethe a partir de un simple retrato, de igual manera creía que era capaz de analizar mi estado de ánimo con sólo mirarme a los ojos.