lunes, 28 de noviembre de 2011

INDIFERENCIA

     Habitualmente se dicen muchas tonterías sobre nosotros mismos, justificadas o no, que en la mayoría de ocasiones dejamos pasar sin complicarnos la vida. Yo suelo seguir mi camino y no me entretengo con pequeñas miserias a menos que realmente sean un contratiempo en mi devenir diario. Tiempo tendré de arreglar mis asuntos y de saldar las cuentas pendientes de una manera menos civilizada.
     Observando a nuestro alrededor podemos constatar una creciente pasividad en la ciudadanía, que se transforma en indiferencia, nos quejamos pero no hacemos nada, dejamos hacer y luego nos indignamos por todo lo malo que se ha hecho. El resultado es un cúmulo de arbitrariedades y de entornos privilegiados que nos lastra y repercute en una sociedad cada vez más injusta e insolidaria. Luego surgen los movimientos de indignados y nos quejamos también de que no cristalizan en propuestas y acciones concretas, el caso es quejarse y no hacer nada, o quejarse cuando ya está todo hecho.
            Harto estoy de explicar que la crisis actual no está originada por un exceso de deuda pública, que en todo caso tiene su origen en el sector privado y en todo lo que nos endeudamos cuando la cosa iba bien, con una sospechosa y prolongada política de tipos de interés irrisorios, con burbujas financieras e inmobiliaria, y con las familias, empresas y entidades bancarias sobreendeudadas, incluso algunos estados engordaron más de lo necesario. ¿Y alguien decía algo cuando la cosa iba bien?, muy pocos. Lo malo es que aquí en España la realidad es todavía más triste, no se decía nada de nuestro crecimiento anómalo y ahora nos venden esa etapa como un ejemplo de prosperidad. Ánimo Rajoy, además de ser un triste también eres un iluso, por no decir lo mismo de los que te han votado deslumbrados por unos cantos de sirena que no pueden cumplirse en este escenario de crisis internacional.

sábado, 19 de noviembre de 2011

PRIMAS DE RIESGO

      Siempre se ha dicho que esto de la moral es para el pobre, pero claro, hasta que las circunstancias aprietan y el pobre deja de tenerla. En este tiempo de crisis la moral afloja, incluso la de los más ricos que tratan de aprovecharse de la coyuntura de necesidad de los demás. Las primas de riesgo son un ejemplo, se alteran los mecanismos de alarma y el resultado es que se roba a los Estados, y por ende a sus ciudadanos, con total impunidad y con la complacencia de muchos, incluidos determinados gobernantes de algunos países. No es lógico que unas cuantas agencias privadas califiquen la deuda de los Estados, ni que un montón de especuladores califiquen también la deuda a través de mercados secundarios. El mercado no debe ejercer esa función, y si los mercados quieren garantías de devolución de la deuda que exijan que se cree un fondo internacional de garantía de impagos. Que yo sepa, la infinita mayoría de Estados afronta sus deudas con absoluta solvencia, y va a seguir siendo así contadas excepciones que son fácilmente identificables mediante criterios de sostenibilidad. Y si es preciso, que se fijen esos criterios de garantía por un organismo internacional, y si es preciso que se creen otros mecanismos de control, pero insisto, que se deje de robar de una vez.

lunes, 14 de noviembre de 2011

FRAGMENTOS-EL TESTAMENTO

“Perder el miedo es cosa de locos, pero hay toda una vida para intentarlo. En la frontera de la conciencia, donde se pierden las trazas de la moral, de­ambula la libertad de los genios y de los imprudentes.”

            Este es un fragmento de otro relato que escribí hace unos cuantos años. No es un relato fácil, hay mucha rabia contenida y un poso de dolor que es difícil de disimular. Más allá de todo esto también es una extraña dedicatoria hacia una persona que conocí en ese período de tiempo y de la que no quiero hablar, porque no hay nada que hablar después de tanto tiempo de silencios.
            Escojo este fragmento por varias razones, primero porque defiendo este espacio de libertad para  toda creación, pues como decía Oscar Wilde en su Retrato de Doran Gray, “un libro no es moral o inmoral, sino que está bien o mal escrito”. Recuerdo haber leído esta cita después de haber escrito mi relato y al momento identificarme plenamente con ella.
            Otra de las razones por las que hago referencia a este fragmento es comentar las muchas imbecilidades que se han dicho respecto sobre la conveniencia de seguir con nuestros miedos, como si esto de mantener nuestros temores nos mantuviera más cuerdos, sensatos y prudentes. He de reconocer que he ido superando mis miedos con el transcurso del tiempo y eso no me ha hecho ser menos prudente, en todo caso me ha hecho ser más tranquilo, pues a partir de un mejor conocimiento de la realidad y de una mejor definición de lo que se puede entender como voluntad, es posible condicionar nuestras emociones para aproximarse un poco más hacia lo que queremos, sin que nuestros temores nos atenacen. Desde luego, las emociones descontroladas nos alejan de esa serenidad y también nos hacen ser menos libres, aparte de que nos destrozan interiormente, por lo tanto sería mejor que reivindicáramos la voluntad como único camino para alcanzar nuestro frágil equilibrio emocional. Y es que somos seres racionales y no queremos morir, ni sufrir, independientemente de que tengamos miedo o no.

lunes, 7 de noviembre de 2011

FILOSOFÍA

      La definición de filosofía nos remite “al amor por el conocimiento”, lo que conlleva que cualquier amante de la filosofía es alguien implicado intrínsecamente con la realidad. Además existen muchas formas de aplicar ese conocimiento, a nuestra vida, a nuestra forma de pensar, a nuestras relaciones sociales y a un sinfín de campos culturales y científicos de los que formamos parte. Necesitamos estar en contacto con la realidad para adaptarnos e interaccionar con un entorno cada vez más cambiante, y sin embargo hay quien delega esta facultad de estructurar su propio pensamiento en favor de corrientes de opinión, de creencias y de supercherías varias. El resultado es empobrecimiento, cultural y personal, y pérdida de espíritu crítico.
            Filosofía aplicada a la vida es utilizar nuestros conocimientos para realizar aquello que realmente nos satisface y nos compensa. En mi caso es siempre un planteamiento a futuro, con todos los proyectos que quiero hacer y pensando en la forma en la que quiero abordarlos, incluso alguna vez con amigos he reconocido que mi única aspiración vital “es la de estar entretenido mientras dejo pasar el tiempo”. Simplificaciones aparte, y reconociendo lo complicado que es estructurar un pensamiento propio, creo que todos deberíamos hacer un esfuerzo colectivo para utilizar nuestros propios conocimientos en favor de algo mejor para todos, conseguirlo depende sólo de nuestra voluntad.